Antes de nada, debo aclarar que con este artículo no «quiero» convencerte de que debes escribir una novela corta si estás empezando, ni quiero dar a entender que un libro breve es mejor que uno extenso, simplemente quiero «argumentar» (como siempre desde mi experiencia en el sector literario y como editor) por qué considero que una obra «corta» (aunque el término es relativo) tiene más posibilidades de ser leida y publicada.
Hay autores noveles que piensan que la calidad de un libro se mide por el número de páginas del mismo. He tratado con escritores que, a la hora de publicar sus libros, y una vez que el manuscrito enviado se había procesado y maquetado, se han «asustado» al comprobar que la extensión final de su obra era de poco más de 100 páginas, y, consternados, me han pedido que les dejara «ampliar» el libro, poniéndome de ejemplos a autores muy conocidos que habían escrito «grandes libros» (en el sentido literal del término) para justificar que no podían publicar una obra «con pocas páginas».
Como decía al principio, en ningún quiero hacerte pensar que estás obligado a escribir un libro breve, lo más importante siempre es que escribas lo que te apetezca, pero si me gustaría explicarte por qué un libro breve es más apetecible para lectores y editoriales.
Básicamente es por el factor «comercial».
Partimos de la base de que, como autor novel, lo más probable es que, si consigues editar tu obra con una editorial, lo hagas con una editorial pequeña, las que se suelen llamar últimamente «independientes». Para una editorial de este tipo, el número de páginas es un elemento fundamental, pues influirá, en buena medida, en el precio final del libro. Un libro de entre 100 y 300 páginas, puede tener un precio razonable, pero si subimos de ahí, los costes de impresión por ejemplar no nos dejarán más remedio que subir el PVP del libro. Cuando se trata de editoriales pequeñas y autores desconocidos, un libro con mucha extensión, al que haya que fijarle un precio de venta alto, se puede transformar en un obstáculo, y, en muchos casos, la editorial buscará alternativas más «cómodas» de comercializar.
En cuanto a los lectores, ocurre algo similar: es probable que un lector no quiera «arriesgarse» a gastar su dinero y leer un libro de 700 páginas de un autor del que no ha oído hablar jamás, y del que no sabe si terminará gustándole su forma de escribir, si su obra tendrá un buen ritmo y una buena estructura, si es capaz de crear personajes interesantes… en cambio, seguramente se muestre más dispuesto si el libro en cuestión tiene unas 200 páginas, pues ni el tiempo que deberá invertir en él, ni el dinero que costará el ejemplar, serán los mismos. Además un libro relativamente breve, es más llevadero, y propicia que sea leído al completo en mayor número de ocasiones, mientras que si nuestro libro de 700 páginas es una obra genial, pero en las primeras 40 el desarrollo es lento, puede que el lector abandone la lectura llevándose un mal sabor de boca.
Mi consejo es que, cuando comiences en este mundo, intentes «mover» libros que tengan entre 100 y, como máximo, 300 páginas (Intenta escribir siempre en A5, un tamaño similar al formato de bolsillo en el que se suele publicar, y con una fuente de 11 o 12 puntos, para hacerte una idea correcta de la extensión real del libro publicado).