Ya hablamos anteriormente de la importancia de la estructura al planificar tu novela, pero este tema es mucho más complejo de lo que puede parecer.
En esta ocasión vamos a ver los distintos tipos de trama para tu novela, es decir, las diferentes formas que puede adquirir la estructura de tu historia.
Existen, principalmente, tres tipos de trama: la arquitrama, la minitrama y la antitrama.
La arquitrama es la estructura más común, la que sigue los principios y estructura enunciados por Aristóteles: inicio, desarrollo y desenlace. En la arquitrama tenemos un protagonista principal en el que se focaliza la historia, que suele tener un final cerrado, y el tiempo de la misma suele ser lineal y cronológico.
La minitrama suele presentar una focalización múltiple y/o un protagonista pasivo, y en ella proliferan los finales abiertos.Para entendernos, podríamos decir que la minitrama consiste en «fragmentar» la trama, reduciéndola a su mínima expresión, dando mayor importancia a lo que les ocurre a cada uno de los personaje, sus conflictos, relaciones y miedos, que al todo.
La antitrama es la subversión de la arquitrama, es el tiempo no lineal, la casualidad, la realidad difusa, incluso el absurdo. Si la minitrama era reducir la trama a su mínima expresión, la antitrama es hacerla desaparecer. Es la fórmula menos habitual por la complejidad que conlleva.
Estuvo bien la información